Como os decía en mi anterior post, el último fin de semana resultó ser de lo más productivo. Incluso tuve ocasión de hacer por fin la funda para una mosquitera que había comprado para Unai. La mosquitera en cuestión venía en una caja da cartón, que aunque era pequeña, resultaba incómoda para llevarla en el bolso del peque. Sin embargo, temía que al llevarla suelta, sin protección, acabara rompiéndose si se enganchaba con la cremallera del bolso. Así que pensé en hacerle una funda para que me permitiera protegerla y transportarla cómodamente al mismo tiempo.
Para ello utilicé algunas telas que tenía en casa. La de manzanitas la compré el año pasado en la feria de manualidades del BEC en el stand de Nunoya, que son los distribuidores oficiales de Kokka Co. Lt., uno de los fabricantes de telas líderes en Japón. Compré unos cuantos fats quaters a los que aún no había dado uso, y mira qué bien, esta vez me vinieron de perlas.
Primero corté los patrones del modelo que tenía en mente.
Estos son los hilos y el sistema de cierre que he utilizado. En lugar de poner una cremallera, he preferido que la funda-bolsa se cierre con una tanca (como el que se pone en la tobillera de muchos pantalones o en el gorro de muchas chamarras para ajustarlos), que además de evitar que la mosquitera se enganche, me permite colgar la bolsa de la silla en caso de que el bolso vaya muy lleno. La tanca es un elemento que he reciclado de un pantalón en desuso.
Primero uní las partes del cuerpo: tela verde - manzanas - tela verde. La tela verde, que va tanto en la parte superior como en la parte inferior de la funda, van dobles para darle más consistencia. Para que me resultase más fácil y rápido coserlo, doblé cada parte por la mitad, como podéis ver en la siguiente imagen:
A continuación doblé todo el conjunto sobre sí mismo, como os lo muestro en esta imagen, y lo cosí, De esta forma obtuve un cilindro.
Para cerrar el cilindro por uno de los lados utilicé los dos círculos que había cortado. Dos, porque quería darle más fuerza al fondo.
Finalmente, sólo quedaba colocar el sistema de cierre de la bolsa y rematar las esquinas.
¡En una sola mañana la funda estaba lista!. Voilá!, he aquí el resultado. ¿os gusta?
Como veis esta funda podría tener un montón de usos distintos. Cambiando sus dimensiones podríais adecuarlo a cualquier cosa que necesitéis. Y ya habéis visto lo sencillo y rápido que me ha resultado hacerla.
Tengo pendiente enseñaros un saquito que hice antes de que naciera Unai para su mantita. Lo cierto, es que tengo unas cuantas cosillas pendientes de enseñaros, pero últimamente parece que nunca llego a ello. No hago más que encontrar cosillas que me gustan y no encuentro tiempo para enseñaros lo anterior. Bueno, poquito a poco, seguro que pronto lo veréis.
Primero nos vamos un par de semanas a Galicia, donde tanto mi marido como yo tenemos familia. En primer lugar iremos a Ourense, de donde procede la familia de mi marido, después a A Coruña, donde viven los hermanos de mi madre. Y después, pasaremos unos días de paz y relax en la costa sur de Francia, desde donde nos desplazaremos a San Sebastián para disfrutar de su Semana Grande con los amigos. Así que este verano tenemos de todo: familia, comilonas, fiestas, amigos, playita, relax,... 
Para la decoración de estos maceteros se han reciclado unos leotardos de niña con estampados alegres, que ya no se usaban; una lata de conserva; unos sencillos lazos, que combinan perfectamente con el colorido de los leotardos y un poco de pegamento para evitar que el tejido se mueva una vez acoplado a la lata. Como veis, son cosillas que podemos encontrar fácilmente en casa, sin necesidad de gastar dinero, y, de paso, le damos una segunda vida a estos elementos.
